jueves, 10 de marzo de 2011

No es para saludarte

Si alguna vez me ves con el brazo en alto,
no es para saludarte
es porque me gusta chocar los cinco, tanto,
que a veces me choco a mí mismo
y lo doy un nombre
y lo llamo aplaudir.
Puede que sea muy naïf, o tú muy gilipollas
pero yo, si quiero, aplaudo con los labios
y el brazo en alto -no te has dado cuenta-
te muestra una especie de supositorio
mientras tú
vuelves a casa en taxi y te acuestas pronto
-vamos a la cama, que hay que descansar-
Yo descanso dándole de hostias a la almohada
mirándote en el centro de los ojos,
que es justo lo que tú no haces,
tú, que miras al suelo, como una rata.
Yo uso el suelo para plantarme de pie frente a ti
avanzar, un, dos, tres, izquierda, derecha
y lo doy un nombre
y lo llamo pasear.
Puede que sea muy naïf, o tú muy imperialista
pero no me excita conquistar más territorios
sólo nuevos dormitorios
en los que ni si quiera voy a dejar mi firma
Porque tú firmas al final de cada hoja
pero yo firmé al principio la mía
y lo di un nombre
y lo llamé nacer.

3 comentarios: